
El Sábado pasado, como todos sabemos o al menos muchos, se organizó o se trató de organizar una jornada mundial de protesta en general contra el sistema económico-político que ha imperado en los últimos cuarenta años en la cultura occidental y aún más allá de ella, digo que se trató de organizar por que la respuesta fue variada siendo, por razones que todos conocemos o al menos algunos, los de España y Estados Unidos los más significativos.
En el caso de nuestra ciudad capital en lo personal me atraía bastante la idea de ir a dicha manifestación por razones de empatía y curiosidad, deseaba descubrir cuales son las peticiones de este lado del Río Bravo, si la consigna era en contra de los especuladores mexicanos, esos que en el 2008 lucraron con la crisis y apostaron contra el Peso causando una devaluación fuera de programa, si se iba duro y a la cabeza de aquellos que le niegan oportunidades desde sus posiciones de gobierno a los jóvenes o si dentro de esta lógica se iba a exigir una mejora sustancial en el sistema educativo.
Tristemente mis obligaciones laborales no me permitieron llegar a tiempo a la cita, a las 2 pm apenas estaba en el Ángel, pensaba que al menos llegaría a la parte final del mitin, y empecé a buscar indignados.
Bajo un cielo azul y despejado, en un día espectacular, de esos que te dan ganas de caminarlos, caminé y seguí en la búsqueda, volteaba a las laterales de reforma en busca de mantas y pancartas tan ingeniosas como las de Madrid, Barcelona o NY, y nada! ¿Dónde están los indignados?
Y por fin un campamento! Una manta ingeniosa! Esa que rezaba "Para una Primavera árabe, un Otoño mexicano", que bonito chingau!!! Bajo el enorme edificio de cristal cuatro casas de campaña eran la vanguardia que se quedaría para recordarle a los dueños del dinero que ya despertamos, oh decepción! Entonces me pregunté si los indignados no se habrían confundido de fecha o lugar, pensé: "seguro se fueron con sus pancartas y su indignación al Autódromo, claro! hoy es el Corona Capital y por mucho que uno ande indignadísimo con el mundo, un boleto de setecientos pesos no es precisamente algo que se tire así a la basura!" Otro contingente se habría ido a indignarse al Palacio de los Deportes, siendo el objeto de tal sentimiento los villanos del Universo WWE, ahí si que habrían cientos de pancartas, sólo que los mensaje no serían contra Calderón, Elba Esther o el Ejército, sino contra Cena, The Miz o CM Punk, mismo caso, los boletos carísimos comprados con seis meses de antelación no fungen como materia para el desperdicio.
Finalmente el último contingente, el más numeroso, ese si se dirigía al Zócalo, nomás que ellos ni se enteraron del famosísimo #15o simplemente por que su acceso a Internet es limitado o nulo y el "evento" se difundió en su mayoría a través de las redes sociales, al Centro Histórico iban de compras o a pasear y disfrutar, eso sí, lo disfrutable que se ha convertido caminar las calles céntricas de la capital, "por lo menos estamos recuperando espacios públicos" me dije.
Ya dentro del primer cuadro, con un hambre de perro y una sed de beduino, tomé la mejor decisión posible, encaminar mi humanidad insolada y hambrienta al Salón Corona, una chela y una torta de pierna realmente reanimarían mi cabizbajo estado de ánimo "Total, que nos van a enseñar de "indignación" los españoles y gringos, si nosotros llevamos indignados quinientos años y en gran medida contra ellos!" Y entonces llegó la epifanía: "pero que wey eres, andas buscando "indignados" y llevas 2 horas viéndolos por todas partes, es más, llevas 30 años viviendo con ellos!".
Chale! que se le va a hacer, la bronca de esto es que en los últimos cincuenta años nuestra indignación sólo se organizó 3 miseras veces: En el 68´,85´y 2005 y con ese poquito nos alcanzó para trasformar esta sociedad aunque los resultados no fueron los mejores.
Yo me quedo con la manta en el pichurriento campamento afuera de la BMV "Para una primavera árabe, un Otoño mexicano"... a ver si es cierto.